¿A quién iremos si solo tú tienes palabra de vida eterna? “Siempre me han impactado estas palabras pronunciadas por Pedro cuando Jesús pregunta a los apóstoles si ellos lo iban a abandonar. La frase expresa la seguridad que tiene Pedro de que en Jesús está la respuesta a todas las preguntas que lo agobian y le hacen la vida difícil. Pedro tiene la seguridad en su corazón de que no se puede abandonar al señor por ningún otro ídolo porque sólo Él tiene las palabras que lo aclaran todo y nos hacen tener paz. Pero este mismo Pedro que dice esto fue el que lo negó y el que dijo que nunca lo había conocido. Es  la dualidad humana. Es la ambigüedad en la que nos movemos cuando se trata de los temas de Dios. Tenemos conciencia de quién es Jesús pero muchas veces la inseguridad nos lleva a negarlo. Es una inseguridad que se nos escapa entre los dedos en los momentos menos esperados. No creas que tu eres distinto a Pedro. Estoy seguro de que muchas veces lo declaras tu señor, tu dueño y otras veces dices que ni lo conoces. La fe se da en esa dialéctica humana, en ese claroscuro en el que los hombres nos acercamos a Dios. La fe es seguridad existencial pero no es conocimiento científico. Es certeza de corazón pero no demostración  empírica de un laboratorio. Por eso a diario tenemos que fortalecer nuestra relación con Jesús. No extrañarnos de las dudas sino ser capaces de intimar con Él de tal manera que el contacto diario y cotidiano nos de la posibilidad de vencer nuestras dudas y de comprender lo que en principio no podemos comprender. La fe es gracia, es regalo de Dios y debemos tener el corazón abierto para recibirlo. Pero también es esfuerzo y lucha nuestra. No podemos dejar que las experiencias nos hagan dudar, ni que el miedo nos lleve a desconocer a quien tiene para nosotros palabras de vida eterna.
Te invito a que en un momento de oración personal e íntimo con Dios le cuentes qué es lo que te hace dudar y le pidas que te regale el don de la fe.