La familia es generadora de vida cuando pone en práctica los dones recibidos, cuando mantiene el ritmo de la vida cotidiana entre el trabajo, la fiesta y el descanso, entre el afecto y el amor, entre el compromiso y la generosidad, cuando supera los conflictos y viven en el perdón, cuando ataca el problema y no la persona, cuando transmite los valores humanos y cristianos… Este es el regalo que recibe la familia al ser generadora de vidaA la familia se le ha confiado el don de la vida. Es decir, Dios ha creado al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza por amor y los ha llamado al mismo tiempo a AMAR. Creándoles a su imagen y conservándolos, ha inscrito en cada uno de ellos la vocación, la capacidad y la responsabilidad, del amor y de la comunión. Por lo tanto, el amor es, la vocación fundamental e innata de todo ser humano. Por eso, Dios, creando al varón y a la mujer iguales en dignidad, pero diferentes sexualmente, ha querido que el hombre y la mujer al unirse por el amor y formar una sola carne através de la donación conyugal (cfr. Génesis 1,27 - 28) sean generadores de vida y de amor para cada hijo e hija.